Cleopatra,
la mítica reina egipcia, conocía bien los beneficios de bañarse con leche
aprovechando todas sus propiedades nutricionales, curativas, humectantes y
rejuvenecedoras
La
ciencia moderna a confirmado el inmenso valor de la vitamina E para la piel, la
cual se encuentra en la leche, que además es rica en proteínas, vitaminas y
minerales que son beneficiosos para la piel, previniendo resequedad y
agrietamiento.
Sabemos
que tomar leche es sumamente importante para la salud de nuestros huesos, y
aplicar un humectante o usar un jabón a base de leche siempre deja la piel
súper suave y en el caso de los productos para el cabello también este lácteo
hace una gran diferencia, porque contiene hidratos de carbono, grasas y
proteínas que la convierten en un excelente suavizante. Además, humecta y nutre
la piel por sus minerales (calcio) y vitaminas (A, B, y D).
El gran
secreto de la leche reside en el ácido láctico, uno de los mejores exfoliantes
e hidratantes que nos brinda la naturaleza. También estimula la producción
natural de colágeno, posee bioproteínas que ayudan a retener la humedad, y
biotina, que actúa como protector frente a agresiones externas. Al entrar en
contacto con la piel, las lipoproteínas ayudan al paso de los nutrientes y del
agua a través de la membrana de las células, dejándola suave como la de los
bebés.
A
continuación te dejo algunos tips, para que puedas aprovechar sus beneficios
desde tu casa
Humectante: Si sientes tu rostro un poco acartonado, pasa un algodón
mojado en leche por toda tu cara. Enjuaga con agua tibia. Sentirás la
diferencia inmediatamente.
Desmaquillante: Usa un
poco de leche tibia (de preferencia
entera) y aplícalo con tus toallitas desmaquillantes. Seca tu rostro con un
algodón. Tu piel quedará limpia y tersa.
Pies
suaves: Calienta un litro de leche entera
e introduce tus pies durante 10 minutos. Enjuágalos con agua tibia y luego
frótalos con una mezcla de sal en grano con aceite de oliva. Por último,
aplícate una crema humectante y duérmete con medias de lana
Exfoliante: Mezcla
dos cucharadas de avena molida, una cucharada de miel y una taza de leche,
hasta conseguir una mezcla uniforme. Ponla sobre tu piel durante 15 minutos y
enjuaga con agua tibia.
Manos
suaves: Cocina una papa, y cuando se enfríe, pélala y aplasta hasta
obtener un puré. Añade dos cucharadas de leche fría y dos de miel. Aplícate
esta mezcla sobre las manos y déjala actuar durante 15 minutos. Enjuaga con
agua tibia.
Ojeras: Mezcla
una papa cocida con migajas de pan remojadas en leche. Haz una masa y
aplícatelo sobre los ojos y déjalo actuar durante 20 minutos. Retíralo
con un algodón húmedo.
Manchas: Coloca
el jugo de un limón en una taza con leche. Mézclalo bien y remoja la toalla
facial. Esparce la mezcla por todo tu rostro y déjala por no más de 20 minutos.
Retira
con agua y continua con tu régimen facial y asegúrate de humectar tu piel
completamente.
Aplica
protector solar antes de salir ya que tu piel se vuelve muy fotosensible debido
al proceso de blanqueamiento. El mejor momento para blanquear tu piel es antes
de ir a dormir ya que no expondrás tu piel a la luz directa del sol después de
blanquearla. Debes limitar el número de veces que blanqueas la piel a tan solo
unas cuantas veces por mes ya que el blanquearla demasiado daña tu piel.
Aprovechemos
las bondades de la leche y sumerjete en su encanto... regalate ese instante de
placer y disfruta al máximo, te sentirás bella y estaras proyectando TU
MEJOR IMAGEN.
Harley
Torres
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