Recuerdas cuando jugabas a ser grande frente al espejo… cuantas veces estuviste con los tacones de mamá jugando a ser grande… recuerdas lo que soñabas de niño?

Hay una parte en nosotros que nunca deja de soñar, de imaginar, de sentirse atrevida y creativa. El problema con este niño que todos llevamos dentro es que con el tiempo vamos perdiendo el contacto y la cercanía con él y dejamos de jugar y de ver el mundo de una forma novedosa y sorprendente, que nos hacemos solitarios, y parece que entre más lejanía más tristeza, más soledad y más tensión, lo que a la larga puede generarnos todo tipo de enfermedades. 
Y en ocasiones, empezamos a abandonar también nuestro aspecto físico pues es un reflejo de cómo nos sentimos.

Las carencias, limitaciones y faltantes que tengamos en nuestra vida no podrán se llenados si antes no empezamos por llenarnos a nosotros mismos, nada allá afuera podrá compensar el amor hacia lo que somos, ni la fortuna más fabulosa puede hacerlo. Los seres que nos rodean pueden ayudarnos acercarnos a él, pero si nosotros son estamos dispuestos, la aventura quedara frustrada, y lo que ocurrirá entonces es que nos volveremos dependientes de todo eso que nos brida lo que no tenemos.

La importancia de recuperar este niño interior es uno de los puntos claves para la realización de todo ser humano.

Un día como hoy  en el que deberíamos estar inmersos en una atmosfera de paz interior , sintiéndonos bondadosos primero con nosotros mismos, permitiéndonos dejar fluir a ese niño que soñaba y a partir de allí,  regalemos una mirada sonriente, un abrazo lleno de amor a todo aquel que veamos en este día en que celebramos la navidad.

Sonríe con amor... proyectando a ese niño interior 

proyectando siempre

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FELIZ NAVIDAD