Ya se
acercan los días que vamos regresando de vacaciones, y puedes estar luciendo un
tono radiante, signo de un bronceado bien cuidado y una hidratación adecuada.
Pero también, la piel puede haber quedado sin elasticidad, con una apariencia
fatigada, reseca y opaca; señal de exceso de sol y rayos UV sin la debida
protección.
Los
niveles de humedad del ambiente, las temperaturas extremas (tanto altas como
bajas), el viento, el sol y la radiación ultravioleta son responsables de la
deshidratación de la piel. Todos son factores que favorecen la evaporación de
agua y por tanto una piel deshidratada. Es muy importante tener en cuenta que los
daños en la piel son irreversibles y tienden a acumularse. Por lo que es importante tomar medidas
para priorizar el cuidado de ella después de exponernos al sol por largos
periodos.
Además
del rostro, la espalda, los hombros y el pecho son las partes de nuestro cuerpo donde normalmente los rayos del sol
inciden con mayor intensidad, ya que llegan de manera vertical y, por lo tanto,
son zonas en las que debemos poner especial cuidado
para evitar el envejecimiento y las arrugas.
El primer paso, consiste en retirar las células muertas con una buena
exfoliación ya que se deben eliminar esas células propias del proceso de
bronceado, y otros agentes dañinos que opacan la piel y le impiden respirar
libremente.
Este
procedimiento puedes realizarlo varias veces a la semana antes de hidratar la
piel para permitir que los nutrientes se absorban de manera más rápida y
efectiva.
Exfoliantes hay de muchas marcas de
excelente calidad en el mercado, pero si quieres preparar un exfoliante casero,
mezcla un puño de sal marina y aceite de oliva virgen extra luego retira
con agua tibia…. los resultados son fantásticos
Como
segundo paso y una vez la piel está limpia y renovada, es necesario hidratar la
piel adecuadamente con cremas o leches hidratantes, y te recomiendo buscar aquellos
que combinen cuatro tipos de ingredientes activos en los
productos para restaurar su equilibrio:
- Sustancias de acción higroscópica: retienen el agua presente en una emulsión de una forma más duradera y válida. Las sustancias más usadas para esto son la glicerina, el sorbitol y el propilenglicol.
- Sustancias de interacción química: favorecen la unión del agua a las proteínas de la membrana celular y son capaces de retener el agua dentro de las células del estrato córneo (la capa más superficial de la piel). Son la urea y los alfahidroxiácidos, sobre todo el ácido láctico.
- Sustancias oclusivas (vaselina, lanolina, escualeno, cera de abeja, etc): impiden la evaporación del agua.
- Otras sustancias activas utilizadas como hidratantes en dermocosmética: colágeno, ácido hialurónico, ceramidas, vitaminas (B, A, carotenos, E, C, H y D).
Con respecto a la hidratación facial
existen dos fórmulas básicas: por un lado, las emulsiones de aceite en agua,
que se utilizan para las hidratantes de día más ligeras y suelen estar compuestas
por aceites minerales, propilenglicol y agua y, por otro, las emulsiones de
agua en aceite, para las cremas de uso nocturno o "reestructurantes"
faciales. Lo que suelen llamar algunas firmas cosméticas "cremas
nutritivas". Se componen de aceites minerales, alcohol de lanolina,
vaselina y agua.
El tercer paso viene relacionado a nuestra alimentación, ya que lo que consumimos en vacaciones lo vamos a ver reflejado frente al espejo, pero no te desesperes… empieza poco a poco, sin cambios radicales. Así permitirás que tanto tu cuerpo como tu mente se adapten a la temida vuelta a nuestras rutinas y al fin de las vacaciones.
El tercer paso viene relacionado a nuestra alimentación, ya que lo que consumimos en vacaciones lo vamos a ver reflejado frente al espejo, pero no te desesperes… empieza poco a poco, sin cambios radicales. Así permitirás que tanto tu cuerpo como tu mente se adapten a la temida vuelta a nuestras rutinas y al fin de las vacaciones.
No hace falta que dejes de comer o te propongas una dieta
espartana para adelgazar. El truco está en comer una buena cantidad que te
sacie, pero evitando las grasas saturadas y las comidas precocinadas. En tu
dieta siempre tiene que haber productos frescos porque engordan menos y
alimentan más.
En todo el mundo son conocidas ya las bondades de la dieta mediterránea, ¿por qué no aplicas ya a tu alimentación sus principios fundamentales? No abuses de las proteínas animales, y aumenta la ingesta de legumbres y cereales; come más pescado y riega tus comidas con aceite de oliva, sus ácidos grasos te permitirán regular el colesterol; y, sobre todo, come mucha fruta y verdura, ésta última cocinada y también cruda, en ensalada.
Si para ti es un auténtico sacrificio dejar de comer dulces – y créeme
que se de lo que se trata pues adoro los dulces - no hace falta que los
excluyas radicalmente de tu dieta, con la consiguiente frustración y ansiedad
que esto supone. Es mejor permitirse una pequeña salvedad a la semana o
controlar adecuadamente las cantidades.
En todo el mundo son conocidas ya las bondades de la dieta mediterránea, ¿por qué no aplicas ya a tu alimentación sus principios fundamentales? No abuses de las proteínas animales, y aumenta la ingesta de legumbres y cereales; come más pescado y riega tus comidas con aceite de oliva, sus ácidos grasos te permitirán regular el colesterol; y, sobre todo, come mucha fruta y verdura, ésta última cocinada y también cruda, en ensalada.
Otro error frecuente es cortar radicalmente el suministro de calorías al cuerpo. En estos casos, al principio se pierden cantidades importantes de peso, pero luego el organismo se estanca. A veces estos cambios drásticos son contraproducentes porque el metabolismo reacciona ante la falta de nutrientes y utiliza menos calorías para funcionar, lo que te impide bajar efectivamente de peso.
Incorpora el ejercicio que te ayude a consumir energía. Y sobre todo no te obsesiones, nunca te desanimes y sé constante.
Harley
Torres