Ciertamente con maquillaje correctivo, también podemos disimular el cansancio y la fatiga de la piel, pero lo mejor, es ir a la raíz del problema y darle solución.
Lo primero, que debes hacer, es limpiar la piel en profundidad para retirar toda la suciedad que durante el día se va adhiriendo y que si por la noche no la eliminamos, nuestra piel no podrá respirar. Los poros se nos abren, la piel no descansa y por la mañana eso se nota mostrándonos una piel sofocada y sin luminosidad. Evita utilizar agua muy caliente porque reseca mucho la piel y ablanda los tejidos, mejor agua templada y terminar con un buen chorro de agua fría.
El segundo paso, aplicar loción tónica, que cierra los poros y prepara el rostro para absorber mejor los tratamientos. Devuelve el balance adecuado del PH, refresca y revitaliza la piel.
Inmediatamente hidratamos el cutis con la crema humectante y como extra puedes optar por las cremas con ácido linoléico que ayudan a restaurar la humedad y es un poderoso emoliente.
Todos estos pasos te ayudarán a mejorar la elasticidad y luminosidad de la piel, pero recuerda que debes empezar a ver la vida con una actitud positiva y no permitir que el estrés se haga dueño de nuestro día a día, pues nada afecta tanto la salud y la belleza como vivir con el ceño fruncido. Así que a sonreír, y así podrás proyectar TU MEJOR IMAGEN
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